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Las varices

Las varices son venas que se dilatan, haciéndose, por tanto, visibles en forma de un trayecto azulado o amarronado, e incluso, palpables. Puede llegar a afectar a 7 de cada 10 personas, principalmente mujeres y personas mayores. Aunque el factor hereditario juega un papel importante, el estilo de vida también determina su aparición. Para prevenirlas es fundamental hacer ejercicio, evitar el sedentarismo y la obesidad.

Se desconoce la causa exacta de las varices, pero es probable que el principal problema sea una debilidad en las paredes de las venas superficiales (ubicadas justo debajo de la piel), que puede ser hereditaria. Con el paso de los años, esta debilidad provoca que las venas pierdan su elasticidad. Las venas se estiran y se vuelven más largas y anchas. Para que estas venas alargadas puedan acomodarse en el mismo espacio que ocupaban con anterioridad, se vuelven tortuosas, sobresalen en forma serpenteante por debajo de la piel.

Las mujeres tienen más tendencia a tener varices que los hombres, y puede que la primera vez que aparezcan sea durante el embarazo.

Las varices se originan por una debilidad en las válvulas y paredes venosas, unas estructuras localizadas en el interior de las venas que permiten que el flujo de la sangre sea siempre en sentido ascendente (de las piernas al corazón). Si estas fallan, aparece el llamado reflujo, es decir, que la sangre, en lugar de subir hacia el corazón, se acumula dentro de las venas de las piernas.

Las podemos clasificar según su tamaño:

Telangiectasias o arañas vasculares. Son dilataciones de venas muy pequeñas situadas dentro de la propia piel. Son tan pequeñas que, normalmente, no se ven a simple vista, aunque cuando se dilatan se puede apreciar su recorrido a través de la piel en forma de caminos de color azulado. En su gran mayoría suelen ser un problema exclusivamente estético.

Varices reticulares. Son dilataciones de venas subcutáneas visibles de pocos milímetros. Al ser de mayor tamaño que las arañas vasculares, cuando se dilatan son palpables. Pueden ir asociadas a molestias ocasionales en forma de picor o pierna cansada.

Varices tronculares. Son dilataciones de los troncos principales del sistema venoso superficial o de sus ramas. Son claramente palpables y suelen producir molestias (picor, dolor, hinchazón, pierna cansada…). En algunas circunstancias, pueden producir complicaciones en forma de flebitis, sangrados o alteraciones cutáneas como el ennegrecimiento o atrofia de la piel y, en último grado, la ulceración.

Según su causa:

Congénitas. Aparecen desde el nacimiento.
Primarias o esenciales. Aparecen después del nacimiento, aunque sin causa conocida.
Secundarias. Aparecen después del nacimiento, pero a raíz de una causa, típicamente traumatismos o trombosis del sistema venoso profundo.
Según su localización o anatomía. Dependientes de la vena safena interna, vena safena anterior, vena safena externa, venas perforantes de la pierna…
Según el mecanismo causal. Debidas a la disfunción del sistema venoso por reflujo o por obstrucción.

Se considera que un 25% de la población adulta del mundo occidental (1 de cada 4 personas) tienen varices francas (tronculares), aunque si se tienen en cuenta las arañas vasculares y las varices reticulares, el porcentaje se incrementa hasta valores cercanos al 70 %.

El objetivo principal del tratamiento de las varices es mejorar la sintomatología y la calidad de vida del paciente. Otros objetivos a considerar son la disminución del riesgo de complicaciones locales (ulceraciones, flebitis o sangrados), así como tratar el obvio componente estético.

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Grace Nagato Ginecologia i Estètica

Soy una ginecóloga estética apasionada por la ginecología regenerativa, la medicina estética y la salud integral de la mujer.

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